martes, 17 de enero de 2012

Presentación LA COBARDÍA Y EL MIEDO - N. 8 revista digital PSICOANALISIS EN EL SUR














Os invitamos el próximo sábado 21 de enero de 11 a 14 horas a la presentación del 8º número de Psicoanálisis en el Sur.
Nos acompañará Ana Madarro, integrante del equipo responsable de la edición, que hará la presentación de este número de Psicoanálisis en el Sur. Continuará con una mesa redonda, coordinada por Fabian Appel, en la que participan algunos de los autores: Andrés Devesa, Mario Domínguez, Laura Salino y Blanca Aragón. Seguirá un debate y charla sobre los temas abordados en la mesa y en los artículos de la revista. Cerraremos el encuentro con un aperitivo.


Desde su aparición, en el año 2006, la revista digital Psicoanálisis en el Sur ha insistido en proponer una mirada singular sobre el tiempo presente, sobre la cultura, la política, los discursos hegemónicos y los llamados “malestares”. Visión crítica, inaugurada por Freud y a menudo olvidada por los propios psicoanalistas. No existe una clínica del psicoanálisis separada de las condiciones de vida de los sujetos, ni de los discursos que la moldean.
De manera espontánea, los artículos se han ido configurando en torno a una problemática de actualidad la crisis (en el 2008) o la violencia (2010), entre otros. En este número el tema que ha convocado a los autores es La cobardía y el miedo:

De los autores que participarán en la mesa redonda extractamos:
Entre el aburrimiento y la cobardía la distancia es ínfima. Un sujeto extraviado y afectado por su síntoma, sacrifica su deseo a la pregnancia de la imagen a la que se encuentra alienado. Oscilaciones, movimientos dispares y equívocos le impiden ubicarse en alguna posición desde la que pueda hacer valer un saber sobre sí mismo. Sólo el miedo al fracaso funciona como motor de su confuso accionar. Confusión ésta, que le impide escucharse y también darse a conocer ante quien lo escucha. (Fabián Appel)
Los tres pecados, tristeza, desidia y pereza, conducen a ese lugar común: la falta de acción, el no hacer nada. ¿Y qué parte tiene usted en los desórdenes de que se queja?7 Esta inversión lógica lacaniana formulada en referencia al caso Dora de Freud, marca lo que será un propósito para la práctica analítica: llamar a la responsabilidad sobre la propia vida a aquel que sufre sus efectos. No tomarlo como una víctima pasiva de las circunstancias, sino como alguien que asume de manera bien activa la peculiaridad de sus actos y la manera de vivir los acontecimientos que le ocurren, adoptando una forma personal debida a las características particulares de cada quien. (Blanca Aragón)
El nazismo es un producto de su tiempo y como tal nunca volverá a repetirse. Pero la violencia, la manipulación de las masas, el totalitarismo y la supeditación de la vida a intereses económicos y políticos no son una característica propia del nazismo, sino de todas las formas jerárquicas de poder, de todo poder separado. No son algo que nos resulte ajeno. El capitalismo y su forma política más querida, la democracia representativa, ejercen la violencia a diario, aunque mantengan un sistema «legalista» que la mantiene en unos límites «aceptables». Porque el capitalismo necesita, tanto o más que el nazismo, de la participación de quienes no tienen nada en el sistema que les roba la vida. Y, por supuesto, también tiene sus mitos, sus símbolos y sus mecanismos de compensación. Hoy nos encontramos ante una grave crisis en la que todo se habrá de decidir de nuevo. (Andrés Devesa)
La finalidad expresa del ciudadanismo es humanizar el capitalismo, volverlo más justo, proporcionarle de alguna forma un suplemento de alma y en cierto modo de manifestar la sumisión democráticamente. La lucha de clases es sustituida aquí por la participación política de los ciudadanos, que no sólo deben elegir a sus representantes, sino además deliberar constantemente para hacer presión sobre ellos, con el fin de que apliquen aquello para lo que fueron elegidos. Naturalmente los ciudadanos no deben en ningún caso sustituir a los poderes públicos. El ciudadanismo se desarrolla como ideología producida de modo necesario por una sociedad que no concibe perspectivas de superación (del sistema). Se trata pues de una servidumbre voluntaria; es la oposición a casi nada (a lo que es más obviamente falso e injusto del capitalismo) y a solicitar “control ciudadano” para todos los extremos crueles del capitalismo. (Mario Domínguez)
Y el pánico, ese nuevo nombre mentiroso y ya codificado del extremo del miedo, el pánico a elegir por fuera, en la diferencia, en la soledad –único lugar posible de la elección¬–; soterrado anestesiado comandado medicado disfrazado vulgarizado propagandeado y propagado. Desventurados aquellos que se rasgan las vestiduras en nombre de la libertad y huyen cobardemente en el momento de ejercerla en el pensamiento, en la vida. Desventurados los que huyen al eufemismo común. (Laura Salino)